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La grandeza de “La Peque” Josefina Vicens

Nacida en Tabasco un 23 de noviembre de 1911, Josefina Vicens falleció en la Ciudad de México un 22 de noviembre de 1988. “La Peque”, como era conocida en el ambiente fílmico y literario, se consagró con un par de novelas: El libro vacío (1958) —Premio Xavier Villaurrutia, con el que derrotó a Carlos Fuentes quien inscribió La región más transparente — y Los años falsos (1982). Escribió teatro, relatos, varios guiones cinematográficos, crónica política, literaria y taurina, bajo seudónimos como el de Diógenes García o Pepe Faroles. Josefina Vicens fue orgullosa Cardenista, feminista, periodista combativa, usaba el cabello corto, fumaba, se vestía de manera masculina y bebía tequila con Juan Rulfo, uno de sus mejores amigos. 

De padre español, Josefina formó parte de la “Acción Femenil” de la Sección de Técnicos y Manuales del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica, fue vicepresidenta de la SOGEM (Sociedad General de Escritores de México) y, a su vez, ocupó la Presidencia de la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas entre 1970 y 1976. Asidua cliente del Café París en la zona del Centro Histórico, asistió como oyente a las carreras de Letras Hispánicas y de Historia en la UNAM. De su trabajo previo a la escritura en varias oficinas de Gobierno, "La Peque" extrajo su lúcida y sutil observación de la burocracia en los personajes de la película Renuncia por motivos de salud (1975) que coescribió con Fernanda Villeli y dirigió Rafael Baledón, así como de los figurantes de su primera novela: El libro vacío, centrada en el tema de la imposibilidad de escribir de un burócrata, empeñado en convertirse en novelista.

Josefina Vicens

Josefina Vicens debutó como guionista hasta 1954 con La rival, dirigida por Chano Urueta, escrita por ella y Mauricio de la Serna. Un melodrama que proponía una curiosa y atípica variante del triángulo amoroso. En él, la esposa (Lilia del Valle) de un idealista arquitecto (Miguel Torruco) resulta superficial y convenenciera y en cambio, la amante (María Douglas) es una mujer sensible y recatada. “La Peque” escribió más de 20 guiones cinematográficos, entre los que se encuentran: Pensión de artistas (1956) comedia con varias estrellas del ambiente del espectáculo de entonces: María Victoria, Lola Beltrán, Tongolele, Pedro Vargas y más. Las mil y una noches (1957), protagonizada por Tin Tan y María Antonieta Pons, o La sombra del otro (1957) para lucimiento del boxeador Ricardo Pajarito Moreno, Ana Bertha Lepe y Viruta y Capulina.

Una de sus historias más exitosas fue Las señoritas Vivanco (1958); en ella, Sara García y Prudencia Grifell interpretan a un par de señoritas de alcurnia venidas a menos que han quedado en la ruina debido a los despilfarros de su hermano. Es por ello que se dedican a robar para sostener a una pequeña que llega a su casa en una comedia de humor negro con dos espléndidas actrices y un argumento muy divertido en el que colaboraron con Vicens, Elena Garro y Juan de la Cabada, seguida de El proceso de las señoritas Vivanco (1959) donde las hermanas terminan en prisión.

Las señoritas Vivanco (1958, dir. Mauricio de la Serna)

Además de escribir los atrayentes relatos de crisis generacional y conflictos juveniles como: Los novios de mis hijas (1964), Los problemas de mamá (1968), El día de las madres (1968), El juicio de los hijos (1970); todos protagonizados por la bella y gran actriz Amparo Rivelles, Josefina Vicens concibió en los setentas un par de notables historias: Los perros de Dios (1973) de Francisco del Villar, con el que obtuvo el Ariel a Mejor Guión y el Primer Lugar en el II Concurso de Guiones Cinematográficos. Una trama que le permitió explorar sus puntos de vista sobre la sexualidad en la que destaca una inquietante y sensible escena íntima entre Meche Carreño y Helena Rojo.

Así como Renuncia por motivos de salud (1975), con la que volvió a obtener el Ariel a Mejor Guión en esa etapa del cine Echeverrista, compartido con Fernanda Villeli. Protagonizada por Ignacio López Tarso, Carmen Montejo y Silvia Mariscal, se trata de un relato sobre la corrupción y las reglas no escritas de la política mexicana ganador a su vez del Primer Lugar en el Festival Internacional de Cine de Moscú. El Secretario de Obras Públicas es removido por no convenir a los negocios del señor presidente y el nuevo Ministro resulta ser un hombre honrado que premia a su ingeniero en jefe por su honestidad en una historia sobre las oscuridades gubernamentales y las tan populares “renuncias por motivo de salud” que pasó inadvertida en su estreno.

“Los guiones no se escriben ni con las faldas ni con los pantalones, sino con la inteligencia. Y ésta no tiene sexo. No hay relación ni rivalidad, ni competencia. Escribo mejores guiones que muchos hombres y muchos hombres escriben mejores guiones que los míos” Josefina Vicens—. La Peque es una figura de nuestro cine por descubrir.